Historia y naturaleza
El Cauce Viejo es un área verde ubicada en el Parque Ribera Sur, en el barrio de Villa Riachuelo, Ciudad de Buenos Aires. Se trata de un tramo del curso antiguo del Riachuelo anterior a las obras de rectificación que se realizaron en los años ‘30 del siglo XX. Es considerado un espacio de gran valor histórico y natural; ya que permite poner en perspectiva el desarrollo de la ciudad, y los cambios realizados en el territorio.
Es un espacio de pastizal y juncos, donde se encuentran numerosas especies de plantas nativas, y se destacan los ejemplares del árbol del tala.
HISTORIA
El área ocupada actualmente por este tramo del cauce viejo fue investigada hacia 1927 por el arqueólogo argentino Carlos Rusconi, que encontró restos óseos, fragmentos de cerámica y de herramientas de piedra tallada, que indicaban la presencia de pobladores prehispánicos en el lugar, a los que asoció con los grupos conocidos como querandíes, que habitaron esta y otras zonas ribereñas, desde antes de la llegada de los españoles.
En los últimos años, el lugar volvió a ser investigado. Esta vez, por un equipo de arqueólogos de la Universidad del Museo Social Argentino y la Universidad Nacional del País Vasco, con el apoyo de la UBA y el Conicet. El área también fue investigada en su aspecto paleontológico: Rusconi encontró en las orillas del Riachuelo gran cantidad de restos fósiles de fauna marina, como las ostras, así como restos de paleolama o “guanaco antiguo” y de caballo americano.
Acumar
Asumió desde su creación, la tarea de colaborar en el cuidado del Patrimonio de la Cuenca Matanza Riachuelo. Ayudar a conocer el valor del río como espacio a ser recuperado y apropiado por parte de sus habitantes es también uno de sus objetivos.
El trabajo de ACUMAR se basó en una selección de bienes inmuebles como monumentos, clubes, puentes o casas particulares, entre otros edificios y construcciones ubicados dentro de la Cuenca, que se volvieron significativos para la historia de la región.
AL DÍA DE HOY
La problemática ambiental de la Cuenca requiere de una intervención urgente e impostergable, y las tres jurisdicciones tienen el deber de mitigar los impactos ambientales ya provocados e impulsar acciones conjuntas de manera coordinada acorde a la jurisdicción y competencias.