Cuando terminé en RISD conseguí trabajo en Fitch Richardson Smith, uno de los estudios más grandes de diseño de Estados Unidos, que luego pasó a llamarse Fitch, porque fue comprado por esa empresa inglesa, y se convirtió en una consultora global. Me tocó trabajar con gente muy talentosa y de diversas disciplinas. Aprendí mucho, sobre todo cómo se hace consultoría en diseño de forma profesional, cómo se proveen servicios profesionales de diseño, cómo se presupuesta, y cómo se organiza y distribuye el trabajo. Gracias a la práctica también aprendí a diseñar, es así como realmente se aprende un oficio. Crecimos mucho, hasta nos compramos una oficina. Hacia fines de 1999 empe zaron a caerse nuestros clientes como fichas de dominó. Esto siguió así por dos años más hasta que en 2001 per - dimos el cliente más grande; Gatic nos cortó la cadena de pagos y debíamos a nuestros proveedores. Mi socio se de primió. Fue todo un desastre. Un día me dijo que emigraba a Canadá. Hasta ese momento denominamos al estudio Cohan, Tornini & Asociados. Tras los cambios pasó a llamarse Cohan Design Group, nombre que hoy conserva.

En 2009 me presenté a un concurso público en el Centro de Investigación y Desarrollo de Tecnología para la Agricultura Familiar del INTA, lugar donde trabajo en la actualidad. Al observar la dimensión del problema y los recursos disponibles en el Centro, comenzamos a gestionar el armado de una estructura de diseño virtual, una estructura de actores para sostener procesos de cambio de manera simultánea en diferentes lugares de la región. Esto es, en función de los problemas relevados junto a organizaciones de productores del territorio (en materia de tecnologías para la producción primaria, al agregado de valor de la producción, y la utilización de energías renovables para resolver tanto problemas productivos como de vivienda), armamos agendas comunes de trabajo entre los productores, técnicos de INTI, INTA, Municipios, Universidades y PyMEs del tejido industrial local. En este contexto, entre el año 2010 y el 2014, a través de Convenios de Comisión de Estudios entre el INTA y la UNLP y la UBA, más de 250 estudiantes universitarios fueron parte de estos procesos interactivos, to - mando contacto directo con problemáticas de productores vinculadas a 22 procesos productivos (ganaderos, forestales, hortícolas, florícolas, apícolas y avícolas). A partir del 2014, en el caso de la UNLP, logramos que estudiantes de Diseño Industrial, Ingeniería Mecánica e Ingeniería Industrial trabajen en proyectos comunes, y sean evaluados por las diferentes unidades académicas.